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Marisa Brugarolas, en compañía de los participantes en \\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\

MARISA BRUGAROLAS: "LAS PERSONAS CON DIVERSIDAD FUNCIONAL TE HACEN SENTIR COSAS QUE NO TE ESTÁS ATREVIENDO A VIVIR"

A.Beniaján

La coreógrafa y directora murciana presenta este domingo, 23 de marzo, en Beniaján su especáculo “Cuerpo en devenir”, en el que participan bailarines, actores y músicos con y sin discapacidad. Charlamos con ella sobre su trabajo, el mundo de la danza y otros asuntos apasionantes.

Este domingo presentas en el Auditorio de Beniaján tu espectáculo Cuerpo en devenir, una obra de danza integrada en la que trabajas con personas que tienen necesidades especiales. ¿Qué más nos puedes contar de tu espectáculo?

Cuerpo en Devenir es un proyecto que inicié el año pasado en Roma, donde lo estuve desarrollando bajo el nombre de Corpo in Devenire con una mezcla de artistas italianos y españoles. Empezó como un proyecto de la Real Academia de España en Roma.

Buscaba encontrar un contrapunto entre el modelo clásico, del que Roma es un exponente total, y averiguar qué queda de ese modelo en nuestros días y si realmente tiene sentido pensar en un modelo único o es más realista pensar que somos una sociedad mucho más plural y diversa.

Aunque ese modelo haya evolucionado a lo largo de la historia, en nuestra sociedad ha pervivido la idea de ajustarse a un "canon" o a un "modelo": pasamos media vida pensando como podríamos entrar dentro de un modelo, ya sea físico, una forma de vida, o un modelo de pensamiento. Parece que la tendencia es a homogeneizar.

Y, ¿cuál fue el origen de este espectáculo?

Empezamos a trabajar en un laboratorio con diferentes profesionales de las artes escénicas y con personas con diversidad funcional. A través del lenguaje de las  imágenes, de las texturas sonoras, del movimiento, vamos creando una serie de paisajes que nos van poniendo en diálogo y en contradicción con el tema del modelo único y la diversidad.

Todos los artistas que estuvimos el año pasado en la Real Academia de España en Roma vamos a hacer una exposición en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Me han pedido que haga una peformance, que es lo que ha iniciado este proceso de trabajo.

El domingo en Beniaján presentamos un work in progress, un trabajo en continuo desarrollo, con un equipo de 11 artistas de diferentes países.

El contenido para esta residencia en Murcia es la idea que comentaba ante de si hay sólo un modelo o hay varios. Y para eso, qué mejor que trabajar con muchos cuerpos diferentes. El tema de la diversidad funcional dentro de un espectáculo de danza, teatro o artes escénicas contemporáneo: ¿Qué tienen que aportar las personas que se mueven de forma diferente al mundo de las artes escénicas?

Hablas de work in progress, de trabajo en desarrollo continuo… ¿cómo llegas a ese punto en el que decides que el trabajo está listo para "empaquetar" y mostrarse al público?

Cualquier momento es bueno, porque en cualquier momento hay algo interesante que mostrar. De alguna manera el propio nombre del proyecto contiene la esencia del propio proceso: los resultados son hitos en el proceso. Y lógicamente cada momento será distinto: este domingo seremos 11 personas, pero cuando vayamos a Madrid se nos sumarán otras 18.

Aquí nos hemos puesto un límite, que es el domingo, para trabajar con una serie de estructuras y de herramientas. Trabajamos mucho con la improvisación, que no es del todo libre, pero si hay un trabajo de búsqueda de material a través de la improvisación. Fijamos algunos parámetros, pero nos movemos dentro de ellos con la improvisación: si tres días después repitiéramos el espectáculo en Beniaján, sería algo muy diferente.

¿Cómo llegas a decidirte por un trabajo de danza con este tipo de personas?

Mi trayectoria es de danza contemporánea, pero siempre he tenido más madera de dirección. De 1997 al 2000 estuve viviendo en San Francisco, donde conocí algunos bailarines con diversidad funcional. Comencé a improvisar con ellos, colaboré con su compañía y acabé haciéndoles un documental.

Así fue como comencé a descubrir que hay algo más allá del cuerpo, de las maneras convencionales que incluso dentro de la danza contemporánea tenemos.  ¿Qué puede haber más allá que me puede decir otras cosas?

Al volver a España, en 2003, comencé a desarrollar un tipo de laboratorio que me ha llevado a estar donde estoy hoy.

Esta mutabilidad de Cuerpo en Devenir, ¿es para ti un reflejo de la propia vida? Conforme lo explicas, parece una versión menos trágica que la de los poetas…

Es que eso es lo más rico de la vida: que nada permanezca, que todo cambie. No es dramático, sólo si vives en el esteticismo, en el control y la seguridad, que las cosas se muevan puede ser una tragedia. Yo me nutro más de un punto de vista orgánico, que asume el cambio como un factor interesante. Sólo hace falta observar la naturaleza, nada permanece. En nuestro propio cuerpo las células van cambiando. Si paramos a nivel químico y orgánico… nos ahogamos.

Así que más nos vale no olvidarnos de que tenemos un cuerpo…

Que tenemos un cuerpo y que hay muchas maneras moverlo, además de las maneras codificadas de moverlo -en el gimnasio, bailando en la discoteca, etc-.

La danza contemporánea se ha dedicado en los últimos 30-40 años a explorar precisamente las diferentes maneras en las que el cuerpo puede tener plasticidad, expresar y romper también los propios modelos de la danza.

En el terreno en el que nosotros entramos puede extrañar a la gente, pero sólo hasta que nos viene ver, que es cuando de repente lo entienden todo. ¿Cómo trabajando desde el cuerpo lo hacéis con personas cuyo cuerpo no sería factor que predomina en ellos para expresarse? Claro que se pueden expresar, y precisamente así es cuando nos damos cuenta de todos los bloqueos que tenemos a la hora que tenemos de mirar o relacionarnos con las personas.

Todo el mundo se sorprende cuando va a tu espectáculo, claro.

Muchos de los espectadores han pasado un doble proceso a lo largo de un mismo espectáculo. Primero vienen un poco movidos por la curiosidad, para ver quien es la persona con diversidad y quien es el bailarín, casi con un sentimiento de compasión. A los 10-15 minutos se olvidan totalmente de eso, su mente no está ocupada en distinguir, porque lo que ven son cuerpos de personas expresándose, moviéndose y los elementos como una silla de ruedas se incorporan como una prolongación más del cuerpo, de la expresión de dinamicidad de esa persona.

De alguna manera hay como una compasión mal entendida, que se convierte en sorpresa total al ver como esas personas te pueden emocionar, y no porque te compadezcas de ellas, sino porque esas personas te hacen sentir cosas que no te estás atreviendo a vivir, o a nombrar o a reconocer…

Carlos Albaladejo.